Sentimientos inmorales invaden mi imaginación
mientras evito la excitación que me provoca tu cálido sudor:
nutrido líquido que de tus bronceados tejidos escurre.
Logro desearte sólo así: desnudo, mojado… caliente.
No repares en desangrarte,
y motiva mis más bajos pensamientos
pues, tan sólo de idealizarte,
deseo ya arrebatadamente devorarte.
Cuando te logre clavar el diente…
reconoceré tu delicadeza en la dulce consistencia.
Y sabré que mi instinto no miente
si el sabor no difiere a la apariencia.
P.D. Gracias [Flaco] por cederme tu filete a las brazas bien cocido y quedarte con mi miñón término medio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario