martes, diciembre 08, 2009

Justo donde te quería tener.

Bienvenida, ponte cómoda. Tanto me buscaste -según me dijeron- e, irónicamente, aquí nos venimos a encontrar.
Me pregunto ¿qué puedo YO hacer por ti? Yo, que te descubrí merodeando por noches y madrugadas entre mis sueños. Yo, que huí de ti para que fueras más feliz, para que la tranquilidad te llenase mientras mis ojos se ahogaban en lágrimas y mis pensamientos se perdían en absurdos. Yo, que me aguanté "como las hembras" hasta lograr que la cordura retomara su andanza dentro del camino de mis actos.
Y tú... Realmente no tengo idea que hacías tú. Pero ahora sé que andas por aquí -con tu terquedad- buscando respuestas, mismas que -para mi gusto- no te incumben. Te lo digo sinceramente: mejor para ti que no te interesen, porque yo me vanaglorio de tu insistencia; me río de la forma en que indagas mi mundo pretendiendo compararlo con el tuyo; me alegro de tu necesidad de mi (y no de hacerme tuya, sino todo lo contrario: tus ganas de eliminarme del mapa, de ser yo).
Ahora, como madre que se propone mostrar al crío algo de su experiencia, pretendo obtengas pronto la madurez necesaria - que te hace falta, según veo- para que entiendas de una vez por todas que lo que te daré es un consejo y no un regaño. Si, leíste bien, me propongo como institutriz para ilustraros en los menesteres que tan sigilosamente solicitáis:
Los sujetos, a semejanza de los objetos, de alguna manera nos relacionamos con otros. Pasamos de mano en mano, dejando y tomando en cada uno de los otros lo que nos es permitido: conocimientos, experiencias, sentimientos. Lo hacemos en la medida de nuestras necesidades y capacidades. Pero -escucha bien crío mio- no pienses que se anda como la abeja "de flor en flor" y no se pide nada a cambio. No.
En cada hospedaje dentro del calor o frivolidad de los brazos ajenos, vamos impregnándolos de algo que sería para nosotros como la zapatilla para cenicienta... justo lo que nos hace ser: nuestra esencia. No se deja todo (claro está) pero si una fracción de similar tamaño a la que vamos a tomar. Vamos creando lazos afectivos, similitudes de pensamiento; vamos creando "lo nuestro" a través del intercambio de cuerpo y nimiedad... a través del utópico y eterno encuentro de las almas.
Ahora, crío mío, no pretendas poseer algo en su versión más natural, ni en la más virginal e inmaculada. Lo que se quedó de mi en él, poco se removerá. Mejor deja tu propia huella: tierna, joven o inocente... pero al fin tuya. Sólo te puedo recordar y dejar claro que:
yo No Era. Soy.

2 comentarios:

chika imprudente dijo...

Aplausos de pie. Wooow nena.

Yo tengo un post it asi guardado en mi iPod, pero luego se van y se quejan de mi comportamiento tan sincero. Asi que me lo ahorro. Que de sobra sabemos ella y yo, que nunca podrá superame.

Chika Evil dijo...

Gracias nena.
La verdad que todo surgió sólo de recordar. Definitivamente estoy de aceurdo contigo.
"Ya lo pasado pasado", y "a lo que te truje chencha" diría mi madre.
Beso