Creo que solamente cuando estás de verdad inmerso en el amor eres capaz de comprender lo ilógico de esta frase. Tal vez se puede experimentar un sentimiento tan profundo sólo a través de la manifestación de su opuesto, por ejemplo: de no ser por la carga negativa, no se sabría de la existencia de una carga positiva; la feminidad no se explica sino por la ausencia de masculinidad en una persona; el bien explicado como una ausencia de mal (y no es plagio de Agustín de Hipona)
Hablando de bienes, supongo que el amor está dentro de esa categoría, y el odio está dentro de los males. Realmente no me gustan las cosas que no se pueden categorizar. Porque uno “es” o mejor “no es”. Digamos que me pelié con Aristóteles esta vez y (hoy) me chocan los términos medios.
No te odio, pero estuve a punto hace unos minutos. Así como lees, pasé del amor al odio en 5 minutos (y vaya que me tardé ¡eh! Pude hacerlo en 5 segundos) fue entonces cuando mi racionalidad cuasi kantiana se apoderó de mis (benditas) voliciones freudianas y me hizo reaccionar, mejor dicho, razonar. Y pensé:
“Luna, sabes distinguir tus preferencias y ordenarlas de acuerdo al nivel de utilidad (felicidad) que generan. Si el odiar es un mal puesto que, por lo general, les quita felicidad a las personas ¿Qué #%/*#%& haces tratando de odiar a alguien? ”
Luego pensé en cosas positivas, que me dieran felicidad. Caí en cuenta que tenía hambre. Me acerqué a la alacena y encontré la solución a mis problemas…
Bien dicen que “de la vista nace el amor”, y que el amor “entra por el estómago”. Dicen que “del odio al amor hay un paso”, yo creo que también puede ser al revés:
Del amor al odio hay un paso… a ti (hoy) te salvó una maruchan.
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