¿Qué me das si te cuento una que otra verdad?

¿Nada? está bien, me parece perfecto, finalmente no espero nada de ti... ya no.
No sé escribir, no puedo ordenar mis ideas, no me salen las palabras de la mente, ni de la boca, ni de entre las piernas, ni de ninguna parte.
No sé utilizar los ";" pero ¿sabes qué? me vale queso porque así soy feliz.
Tal vez no sé llevar a cabo actos "amorosos" o "hacer el amor", tal vez soy demasiado egoísta y nada altruista, tal vez no se me da eso de entregar sin recibir. Pero, indudablemente, sé que:
cuando estoy contigo brinco de felicidad, sin esperar que tu también lo hagas; sé que me gustas en pijama, en jeans, de blanco, de verde, de azul, en chanclas, con tenis, en cueros [y que cueros amor mío, Dios de mi vida] ; y además, sé perfectamente todo lo nerviosa que me pongo al descubrir tus ojos sobre mí: viéndome, devorándome, seduciéndome. Si no estás junto a mí, me dan unas ganas inmensas de ser superdotada e inventar los teletransportadores [no importa si sólo son de ruta D.F.- Xalapa; Xalapa- D.F. y hacer una central de teletrasportación que se llame "JAPU"] para estar contigo a la hora que se me dé la gana, lo que pasa muy seguido.
Todo eso para que estés a mi lado; para disfrutar cada instante de ti; para poder besarte de pies a cabeza; para despeinar tu cabello y rehacer tus chinos, uno por uno; para decirte al oido cuanto te quiero; para acariciar tu piel, tu cuerpo... mi refugio favorito.
Las cosas cambiaron demasiado hace un mes, extrañamente la comida me sabe mejor; la vida me sonríe cuando me ve pasar por ahí; cuando camino, mis pasos son tan ligeros que podría recorrer el mundo sin cansarme, sin quejarme; me acosan todos los olores que penetran este mundo revertido; me fascinan las pequeñas eventualidades, las más simples... las más sencillas.
Si te dieras cuenta de todas las cosas que hago contigo a pesar del temor de que este loco amor que siento no llene tus expectativas, aunque tenga miedo a tirarme de un octavo piso por creer que realmente poseo las alas con las que vuelo cada vez que me haces tuya... eso no lo podrías explicar con racionalidad, ni en la causa ni en el resultado.
Y ¿te digo una cosa? estoy feliz de todo lo que hago por causa tuya. Aunque los hago egoistamente pensando en mí para disfrutarlo juntos. Gracias por ser la razón de actos tan "agradablemente" irracionales.
Otra vez se me reborujaron las ideas, pero creo que todo este rollo [que me sirvió de relajación] me ha ayudado para recobrar el valor de decirte que:
Te Amo [con mayúsculas, así de simple... así de fácil]