viernes, julio 17, 2009

Al menos el dentista me daba fecha para el mes siguiente

Me tuviste en lista de espera como si volviera a mis años de pubertad; en los que tenía que esperar durante largas y tediosas horas que parecían eternas, en esos incómodos sillones para poder entrar con el dentista. Y lo peor de todo es que tanta espera no se veía recompensada por nada más que por un dolor que se propagaba a toda la cara, acompañada de una tarjeta con una fecha escrita en la que te citaban para la tortura del mes siguiente. El dentista generalmente te despedía con su siempre serena sonrisa blanca y una bendición que extrañamente parecía sincera.

De igual forma tú me recibías tranquilo y apacible, para posteriormente anestesiar con una sonrisa aquella insufrible espera. Pero cuando el tiempo terminaba me mandabas a casa y con una tarjeta en blanco en la cual la fecha de la próxima cita se escribía como “depende de cuánto tiempo seas capaz de conservar tu orgullo y dignidad para buscarme de nuevo”.

Ayer se podía leer en arial 48 y con negritas la fecha de mi tarjeta…

2 comentarios:

chika imprudente dijo...

hablando de analogias de dentistas, pense en el tan molesto momento en los que les interesa mas tu lengua, muelas y dientes que tu bienestar personal... pero creo que exagero! :P

chika simple dijo...

imaginate las analogias con ginecologos... jaja
y no no exageras